jueves, 6 de diciembre de 2012

Taller de Fotografia

A continuación presentare algunas de las fotos que e podido tomar durante mis salidas de campo, incluyendo algunas de La Pastora, San Cipriano y Buenaventura. 

Encuadre:




Centro de interés:




Regla de los tercios: 




Punto áureo: 




Diagonales Visuales: 



Angulo del sol: 



Jugando con la luz del sol: 



Contra Luz: 


Transparencia: 



Colores de la Luz: 



Expresivas:





La mejor desde mi punto de vista: 



Noticia Informativa


Al presentar Plan de Acción, corporación ambiental del Valle muestra los retos ambientales.

Las cuencas de los ríos Bolo, Fraile, Dagua y La Vieja, afectados por deforestación, minería, parcelaciones, erosión, entre otros problemas; salinidad en 39.000 hectáreas de las 220.000 que conforman el Valle del río Cauca en el departamento y municipios ruidosos, hacen parte de la complejidad ambiental del Valle.
Son los retos que debe enfrentar la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (Cvc), que presentó el juevse su plan de acción hasta el 2015, en los que se da prioridad a situaciones como esas.
El director de la Cvc, Óscar Libardo Campo, expuso que el Valle es una región con alto desarrollo pero se requiere la participación del sector privado, alcaldías, gobernación, entidades y ciudadanía para un desarrollo sostenible.
Expuso que cuencas como la del Dagua y el Cauca muestran los efectos de la presión de diversas actividades.
Resaltó que siendo una región de ciudades, se requiere un trabajo en equipo con los municipios en las soluciones. En el plan de acción se resalta la adaptación al cambio climático, el fortalecimiento institucional y la educación ambiental.
Amparo Duque, de la dirección técnica ambiental de la Cvc expuso que en el cuadrante Cali-Yumbo-Candelaria y Palmira, donde se concentran actividades industriales, hay alto deterioro de la calidad del aire, y en la zona urbana de Palmira, el material particulado o polvo en la atmósfera pasa el límite permisible, lo mismo Arroyohondo (Yumbo).
Preocupa también que en el sur del Valle se asientan 3 millones de los 4,2 millones de habitantes del Valle, con fuerte presión para los recursos.
El Cauca, mejora pero hay riesgos
Para el río Cauca, el principal de la región, en los últimos 10 años se ha reducido un promedio de 30 toneladas diarias de carga orgánica vertidas, pero falta por hacer, dice la directora ambiental de la Cvc.
"En cuanto a la calidad del agua, en verano no se tiene dilución y se ve altamente contaminado por depósitos residuales de los municipios, el sector cafetero y la industria en general. Y en invierno, por intervención en las cuencas, hay alto arrastre de sedimento y se presenta turbiedad dando origen a cortes del servicio en Cali pues las plantas no tienen capacidad para tolerar esas concentraciones de turbiedad y sólidos", expone.
"En cuanto al ruido, con efectos adversos en la salud de las personas, que tienden a tornarse irritables, estudios muestran que en 22 municipios somos altamente ruidosos, y en zonas cercanas a hospitales que deben ser tranquilas, se rebasa el límite", dijo.
Y aunque dos rellenos regionales dan un parte de tranquilidad para las 2.500 toneladas diarias de residuos sólidos que produce el Valle, Buenaventura tiene que definir un punto y también cinco municipios del norte, que depositan en Risaralda.
Se resaltó que los recursos para el cuatrienio 2012-2015 suman 460.188 millones de pesos, de los cuales 363.000 millones serán para inversión.
Mientras alcaldes destacaron el papel de la Cvc, Sandra Isabel Acosta, de la Corporación para el desarrollo de Versalles, dijo que en el tema de contratación inquieta que se pretende cancelar el 95 por ciento del valor de los proyectos cuando estén ejecutados y el resto al finalizar el contrato, y las ONG no tienen músculo financiero y requieren anticipos.
Sandra Patricia Madrid, de Ecofuturo, expuso que "gran parte de la inversión se concentra en el sur del Valle, en especial en el Fraile, Bolo y Amaime, cuencas de los cañicultores, y se deja de lado el norte.
Se destacan los sistemas de tratamiento en 15 municipios, cinco de ellos financiados y operados por Acuavalle.
También se resaltan otros 84 en corregimientos.

Reportaje


El día diez de Noviembre de 2012 los estudiantes de Turismo Sostenible de la universidad tecnológica de Pereira fueron citados en horas de la mañana para realizar la única salida de campo del semestre, la cual fue diseñada para mostrar a los estudiantes las formas que turismo y las practicas sostenibles que se dan en el destino, en este caso la reserva natural río San Cipriano en Buenaventura.

La Reserva Natural Río San Cipriano, es un bosque tropical adornado con senderos, cascadas y charcos aptos para clavar y garetear, pero sobre todo, bañado por uno de los ríos más hermosos del Valle del Cauca, gracias a sus aguas totalmente cristalinas.

Este destino hace parte de la segunda región del mundo con alto grado de humedad, además de ser un paraíso bastante peculiar, pues el medio de trasporte para llegar a ella, son “las brujitas”, son el medio de transporte usado por los lugareños, conformado por un tablón con unas ruedas metálicas acuñadas para deslizarse por las vías férreas. Tienen además una moto que las impulsa y las frena, además de alumbrar el camino con su bombilla.

San Cipriano es el destino ideal para todas aquellas personas que quieren liberarse del estrés provocado por las grandes ciudades, el trabajo y la rutina diaria pues allí las personas podrán despejar su mente, compartir con una comunidad agradable dispuesta a ayudar y podrá  disfrutar de la magnifica gastronomía típica del lugar a base de frutos del mar y río con los que son beneficiados los habitantes de la zona. 

San Cipriano anteriormente   sufrió grandes daños ambientales, pues durante un tiempo las personas a su alrededor vivían de la extracción ilegal de madera, posteriormente sus habitantes encontraron un gran potencial económico proveniente de la minería  lo que era muy dañino para el lugar. Pero luego en 1980 todo cambio cuando fue declarada legalmente como reserva natural, por lo que su gente se vio obligada buscar una actividad económica que no dañara el medio ambiente. 

Así fue como surgieron las diferentes actividades turísticas que se ofrecen actualmente en San Cipriano y que hoy en día representan la fuente de ingreso para toda la comunidad.  En San Cipriano usted podrá encontrar fácilmente un lugar para pasar la noche, una tienda para comprar todos los víveres, una persona que maneja la "bruja" en la que llegará hasta allí,  un hombre que le sirva de guía y lo lleve a las diferentes cascadas con las que cuenta y gran variedad de restaurantes que ofrecen todo tipo de comida, así como de tiendas de recuerdos y artesanías, o simplemente podrá alquilar un flotador para que haga un placentero recorrido por el río

San Cipriano es una localidad maravillosa rodeado de naturaleza y aire limpio. Ven y conoce San Cipriano, como es toda Colombia, el riesgo es que te quieras quedar. 

Crónica

Eran las cuatro y media de la madrugada cuando la alarma de mi celular sonó, tenía que alistarme para salir de viaje. Las maletas estaban listas desde la noche anterior y yo tenía toda la disposición del mundo para realizar la salida de campo, así que esperé a mi prima que venía a mi casa, ella llegó, nos encontramos con una amiga, tomamos un taxi, y nos dirigimos hacia la universidad. Allí nos esperarían los buses de turismo que nos llevarían hasta Buenaventura.

Recuerdo que al llegar a la universidad había poca gente, ningún profesor, y los buses por ningún lado, pero poco a poco comenzaron a llegar el resto de estudiantes y los profesores, todos con maletas unas más grandes que otras. Uno de los conductores de los buses se acercó al profesor Andrés, había ocurrido un problema y uno de los buses no estaría a nuestra disposición, por lo que tuvieron que cambiarlo por uno más pequeño y menos cómodo. Sin más remedio abordamos los respectivos buses y comenzamos el viaje, todos sentíamos gran expectativa por los tres días de recorrido que teníamos por delante.

Después  de dos horas y media de viaje hicimos una parada para desayunar, lo que no  habría podido costearse de no haber sido por la rebaja debido al cambio en uno de los buses, hicimos una fila que parecía enorme, recibimos nuestras bandejas y al fin pedíamos lo que queríamos para el desayuno, una amiga y yo aprovechamos, pues sabíamos que el almuerzo se tardaría y la verdad siempre tenemos un buen apetito. Después de esto recibimos una charla por parte de uno de los guías, Don Edgar, él nos contó brevemente de lo que se trataría nuestro viaje y de las características del lugar donde estábamos; nos encontrábamos en el corregimiento de La Uribe. Acabada la charla, nos subimos de nuevo al bus y seguimos nuestro viaje.

Casi tres horas después de haber partido de nuevo, hicimos otra parada, esta vez para observar El Lago Calima. Era la primera vez que lo veía, me refiero a que ya había visto fotos antes, pero no se compara con estar allí y sentir el viento que mueve tu ropa y tu pelo,  me pareció muy hermoso, tome algunas fotos y después de otro aporte de Don Edgar bajé más para acercarme al lago. El viento era fuerte, y sentí algo de frio, pero a la vez pensaba en que podría quedarme allí todo el día, sentado en  el pasto, observando el paisaje y cómo el viento movía las aguas en el lago; era un lugar lleno de paz, donde pude pensar y aclarar mis ideas, verdaderamente me encantó ese sentimiento de tranquilidad que invadía mi cuerpo, pero lastimosamente era sólo una parada más, y no pude estar allí por mucho tiempo, así que después de unos veinte minutos y de haberle tomado un par de fotos a una pareja que me pidió el favor de hacerlo, tuve que subir al bus de nuevo, con la idea en mi mente de regresar y quedarme por varios días.

El recorrido siguió su camino, esta vez con rumbo a una nueva parada, nos dirigíamos hacia uno de los puertos en Buenaventura. Nuestro bus no tenía aire acondicionado, pero todos nos sentíamos frescos por el viento en el lago, sensación que iría cambiando a medida de que nos acercábamos a Buenaventura.

Unas dos o dos horas y media después, el calor era sofocante y no sabíamos que hacer para refrescarnos, todas las ventanas estaban abiertas y tratábamos de distraernos charlando, haciendo ruido mientras pasábamos por los túneles o algunos simplemente se relajaban, pero el calor seguía,  uno de los profesores no paraba de decir que en cuarenta y cinco minutos llegaríamos, los había venido diciendo durante todo el viaje y cuando en realidad faltaban unos cuarenta y cinco minutos para llegar, el otro bus en el que se transportaban  nuestros compañeros fue detenido por un retén en plena carretera, vaya suerte! tuvimos que parar y esperar a que los dejaran seguir. Finalmente después de unos quince minutos pudimos seguir con nuestro recorrido, y poco después llegamos a Buenaventura.

La verdad me sentí triste al ver las condiciones en las que viven la mayoría de las personas en ese sitio, gran parte de su población es negra y pobre por lo que se ven empujados a improvisar casas de madera cerca de caños o al lado del río. Al tiempo que el bus avanzaba se sentían raros y malos olores que provenían de la calle, y yo seguía observando por la ventana todo lo que podía apreciar desde allí, observaba sus casas, sus puestos de trabajo, sus transportes entre otras cosas que me llamaban la atención. Cuando el bus se detuvo ya en el puerto, todo el mundo quería bajar corriendo, y cuando lo logramos  casi todos nos dirigimos hacia una tienda para comprar algo frío de beber, después de comprar una gaseosa salí a buscar un baño, cosa típica en mí.


Al salir del baño mi prima me esperaba para que subiéramos a algo que parecía un faro o una torre, no sé cómo llamarla; pagamos mil cada uno de la entrada y subimos. Al llegar arriba pude sentir la brisa, y el fuerte viento, se sentía muy bien después de tanto tiempo de calor dentro del bus, la vista era hermosa, se apreciaba todo el puerto, y el mar, y aunque esté no era muy bonito, el brillo del sol lo hacía ver de tal forma. Tomamos algunas fotos, disfrutamos del viento y luego de un rato bajamos para ir al muelle. Caminamos por él, volvimos a disfrutar del viento, tomamos algunas fotos y nos dirigimos de nuevo hacia el bus, pues el tiempo para estar en el puerto se había acabado, cuando salíamos del muelle una joven se quedó viéndome he hizo un comentario sobre mis ojos, yo le conteste de forma chistosa, mis compañeras se rieron por la forma en que había contestado.
De camino al bus observamos algunas artesanías hechas con cosas de mar como conchas y caracoles, y también nos dieron pequeñas pruebas de bebidas en unos puestos de venta, “arrechon” fue lo que me dieron a probar, me dio gracia su nombre. Compramos algunos dulces y subimos de nuevo al bus. Por bromear pedimos a uno de los profesores que nos invitara a Bonice, el preguntó qué cuantos queríamos, se bajó del bus y nos los compró, después de un rato el bus volvió a arrancar, esta vez hacia Córdoba.

Allí nos esperaba otro medio de transporte llamado brujas, es algo así como una gran silla para veinte personas con ruedas impulsado por una moto, al llegar allí las brujas nos esperaban,  nos acomodamos y arrancamos hacia San Cipriano, a veces me daba un poco de miedo porque pensaba que se podría voltear pero luego me relajé, disfruté del viento y hasta me gustó, no veía la hora de subirme de nuevo. El viaje en brujas duro unos quince o veinte minutos, al llegar a San Ciprino, la verdad me preocupe un poco pensando en cuál sería el hotel en el que nos quedaríamos, pero después lo vi y no era tan malo como me lo imaginaba.

Allí nos recibió la dueña, quien hizo las acomodaciones por grupo y nos entregó las llaves de la habitación. Lo primero que hice al entrar al cuarto fue encender el ventilador, pues el calor era horrible, mis compañeras y yo nos pusimos ropa cómoda y descansamos por un momento. A las cuatro de la tarde fuimos a almorzar, la verdad es que me gustó mucho la comida y ya tenía bastante hambre por la hora que era. Cuando acabe de almorzar me dirigí a mi cuarto por una toalla y tomé una  ducha. Después de esto salí con unos amigos a conocer un poco más el lugar. La verdad me sorprendí de ver que a un lugar como estos tan alejado llegaran tantos turistas.  

En la noche tuvimos una charla por parte de un guardabosque llamado Orlando Valencia, el conocía muy bien la zona, nos habló de la fundación San Cipriano, sus atractivos y un poco de su historia, durante la charla cayó un fuerte aguacero, por eso cuando ésta acabó, unos compañeros y yo decidimos irnos al hotel bajo la lluvia para refrescarnos un poco, pues aunque era de noche, el calor y el bochorno eran constantes. Al llegar al hotel nos esperaban en el comedor  pues la comida ya estaba lista y teniendo en cuenta que habíamos almorzado hacía poco, nos sirvieron sólo una pechuga y papa cocinada; En verdad que la pechuga estaba sabrosa. Después de la comida casi todos se fueron a las habitaciones, pues estaban cansados e iban a tomar una ducha para acostarse a dormir.

Ya había pasado una hora desde que habíamos comido, yo estaba afuera del hotel en una tienda con unos amigos y mi prima, al rato llego una de mis compañeras de habitación, se podía ver en su rostro una expresión de preocupación y de susto, al preguntarle la razón de su miedo me sorprendió mucho su respuesta, pues me conto que un hombre había entrado a la habitación de unas compañeras, se había escondido bajo una de las camas y les estaba tomando fotos mientras ellas se cambiaban. Rápidamente llame a Cristian, un amigo quien dormía en la habitación a la que el hombre había entrado con las dos niñas a las que les habían tomado las fotos, nos fuimos para el hotel y vimos que todos estaban afuera, mis dos compañeras lloraban del susto que este hombre les había hecho pasar; mientras unos trataban de tranquilizarlas y otros hablaban con la dueña del hotel. Querían persuadirla para que sacara a este hombre de allí, pues las niñas estaban asustadas y no querían dormir el lado de un hombre ebrio que podría meterse a sus cuartos, a lo que la dueña del hotel se negó rotundamente.

La verdad me pareció completamente injusto, teniendo en cuenta lo que esté hombre había hecho y que podría volver a hacerlo, todos estaban alterados, incluso otro de los huéspedes del hotel salió de una forma grosera a pedir que dejáramos de hacer ruido. Desde mi punto de vista creo que aquel hombre era un completo ignorante, pues primero no era la forma de pedirlo y segundo no comprendía la gravedad de la situación.

A fin de cuentas el profesor William nos pidió que por favor entráramos todos a las habitaciones pues no lograría nada con todos afuera, lo mire, y en realidad parecía alterado, pienso que de alguna forma se sentía culpable, pues esto nunca había pasado en una salida de campo. Así que todos nos dirigimos a las habitaciones, yo tome una ducha y me acosté; aun así, en los pasillos se escuchaba todavía gente por fuera que no entendía como esto había pasado, mis compañeras y yo charlamos durante un tiempo pero el cansancio nos ganó a eso de las doce o una de la madrugada y nos quedamos profundos.

La verdad comparado con el primer día los otros dos fueron muy normales. El segundo día me levante a las siete de la mañana, me senté en el camarote durante unos minutos pues estaba sonámbulo, salí, me bañe y desperté a mis compañeras; espere a que todas estuvieran listas y luego fuimos a desayunar. Yo esperaba que el desayuno no fuera lo típico, arroz con perico y arepa pero tristemente así lo era, por lo que tuve que resignarme y desayunar.

Después nos alistamos para salir a las caminatas, antes de eso Don Orlando nos dio de nuevo una pequeña charla donde nos contó acerca de los sitios que visitaríamos, allí fuimos divididos en dos grupos, uno  iría a la cascada y el otro grupo iría a recorrer un túnel en donde habían murciélagos y unos pequeños charcos para bañar. Mis compañeros y yo quedamos en el grupo que iría a la cascada, por lo que emprendimos la caminata.

Para llegar a la cascada tuvimos que atravesar el rió  lo que me causo un poco de gracia al ver la forma en la que algunos compañeros lo cruzaban, al hacerlo seguimos caminando, era un recorrido de unos cuarenta minutos. Todo salió muy bien, al llegar a la cascada  nos quitamos la ropa dejando solo lo que podíamos mojar. El agua estaba fría, pero todos querían meterse pues hacía calor y estábamos sudados por la caminata. Yo nade durante un rato, atravesé la cascada y pase al otro lado para subir a una roca desde donde podría clavar, al subir a la roca, ayude a otros de mis compañeros que también querían subir, y después de pensarlo durante un momento me tire en clavado. La verdad  tenía un poco de miedo porque no nado muy bien, pero me lance, nade bajo el agua y comencé a brasear para salir a tomar aire, todo salió bien y volví a clavar unas dos veces más.


Después de media hora el guía nos pidió que saliéramos, pues teníamos que volver, además él tendría que regresar a la cascada con el otro grupo que había ido al túnel, por lo que todos salimos, nos pusimos la ropa y comenzamos de nuevo a caminar. Los guías nos habían recomendado el siempre  estar pendientes de donde pisábamos, pues en la zona habitan varias especies de culebras. Cuando íbamos de regreso uno de los compañeros vio a una, algunas se asustaron y pasaron por otro lado, pero otros nos acercamos y le tomamos algunas fotos.  Aparte de eso todo fue muy normal, volvimos a cruzar el rio y llegamos al hotel en la tarde a la hora del almuerzo. Almorzamos y después yo salí a buscar mi toalla y de nuevo me duche. Al salir de la ducha me entere que la otra caminata la habían aplazado para el otro día, lo que me alegro pues estaba cansado y la verdad no quería caminar más.

En la tarde tuvimos una charla con don Edgar, allí él nos contó la historia de San Cipriano más detalladamente,  En la noche después de la cena tuvimos una integración, íbamos a ir a una de las discotecas locales, pero al llegar allí ya estaba colmada de gente por lo que tuvimos que buscar otro lugar cerca del hotel. En este lugar pasamos un buen rato, bailamos y tomamos un poco de las bebidas típicas del lugar como “el arrechon”. Todo estuvo muy bueno hasta las doce de la noche, hora en la que los profesores decidieron que era suficiente, apagaron la música y nos mandaron a dormir, lo que fue triste pues la verdad todos la estábamos pasando muy bien, bailando y riendo; pero no tuvimos más opción que irnos a dormir. Como es habitual en mí y más con ese clima, tome una ducha antes de acostarme a dormir, claro que no sin antes haberme reído un buen rato con mis compañeras de habitación, para ser sincero siempre nos reímos mucho, sea donde sea que estemos encontramos un motivo para reír, después de eso de nuevo el sueño me gano y caí dormido.

Al tercer día me costó mucho levantarme, había tenido que despertarme en la madrugada para apagar en ventilador, pues por primera vez en San Cipriano me había dado frío  Con gran esfuerzo me levante a bañarme pensando en que los profesores llegarían y no estaríamos listos para salir, me duche y llame a mis compañeras para que hicieran lo mismo y fuéramos a desayunar. Cuando ya estaban listas nos dirigimos al comedor. De nuevo el desayuno era lo mismo, arroz, perico y arepa, pero esta vez yo tenía hambre por lo que me lo comí todo. Esperamos a los profesores y al guía durante un rato, y cuando llegaron todos reprochamos pues nos habían hecho madrugar más de lo que era necesario, pero luego comenzamos la caminata.

Esta vez la caminata era por las vías del tren, por lo que teníamos que estar pendientes  cuando viniera las brujas para quitarnos del camino, esta vez el atractivo no quedaba tan lejos, pero el camino parecía enorme por las contantes paradas y aportes de don Edgar. Un tiempo después pudimos llegar al túnel, allí estuvimos por unos minutos y tomamos fotos a los murciélagos, después de eso nos dirigimos hacía los charcos. Al llegar allí la verdad me decepcione un poco, pues eran muy pequeños, apenas cabíamos todos, y el color del agua no era el mismo  que había visto en Internet cuando buscaba fotos de San Cipriano,  pero bueno no había nada que hacer excepto tratar de nadar un poco.


Después de veinte minutos, salimos todos del agua, eso había sido todo, nos colocamos de nuevo la ropa, y arrancamos de nuevo la caminata de regreso al. El camino de regreso se hizo corto pues ya no había paradas cada diez minutos, al llegar al hotel, tome una ducha, me organicé y empaque la maleta, pues después del almuerzo saldríamos de regreso a Pereira con una parada para visitar la iglesia de Buga. Espere a que mis compañeras estuvieran listas y fuimos a almorzar junto, cuando acabamos, nos cepillamos los dientes y terminamos de empacar. Al rato los profesores comenzaron a llamar, por lo que salimos con nuestras maletas para organizarnos en las brujas, y unos quince minutos después arrancamos hacía córdoba donde nos esperaban los buses. El camino de regreso fue lento, porque teníamos que parar constantemente ya que más brujas subían en sentido contrario, por lo que nos tocaba esperar a que las quitaran de los rieles para poder continuar.

Cuando por fin llegamos a córdoba, me compre un helado, pues hacia muchísimo calor y el sol estaba muy fuerte, esperamos algunos minutos mientras organizaban el equipaje en el bus, lo abordamos y comenzó el viaje de regreso. Todos estaban muy cansados por lo que aprovecharon para dormir un poco en el bus. Yo no puede, pues aunque estaba cansado, nunca he sido capaz de dormir en los buses.

Iban a ser las siete de la noche cuando llegamos a Buga, justo a tiempo, pues nos dijeron que a las siete cerraba la iglesia, yo salí del bus rápidamente buscando un baño y después de haberlo encontrado fui con mis compañeros a conocer la iglesia por dentro. Es realmente hermosa, la iglesia más bonita que haya visto. Allí algunos aprovecharon para rezar y pedir, yo solo observe pues no soy muy creyente que digamos. Minutos después salimos, algunos compraron recuerdos y de nuevo nos dirigimos al bus, esta vez saque mi maleta y la de mi prima del guarda equipaje, pues el bus pasaría por una avenida que nos deja cerca de nuestra casa, subimos las maletas al bus, esperamos un momento a los compañeros que faltaban y salimos con rumbo a Pereira.


De regreso el conductor coloco una película, lo que nos entretuvo durante la trayectoria, y   cuando menos pensé ya habíamos llegado. Solo esperamos a que el bus pasara por la avenida y allí nos bajamos. Eran casi las diez cuando llegue a casa, mi prima entro durante un momento a saludar, comimos algo y luego se fue a su casa. Yo estaba cansado, y solo pensaba en los trabajos que tendría que hacer de la salida de campo, pero en ese momento no les di tanta importancia, me duche, y me acosté; la verdad había extrañado mucho mi cama, por lo que rápidamente me quede dormido.